martes, 28 de abril de 2015

ANTIHISTAMINICOS

Antihistamínicos para las alergiaShare on facebookShare on twitterFavorito/Com

Son medicamentos que tratan los síntomas de las alergias. Cuando se toman por vía oral, vienen en forma de píldoras, tabletas masticables, cápsulas y líquidos.

¿Cómo ayudan los antihistamínicos?

Los antihistamínicos tratan estos síntomas de alergias:
  • La congestión, el goteo nasal, los estornudos o la picazón.
  • La hinchazón de las vías nasales.
  • La urticaria y otras erupciones cutáneas.
  • La picazón y la secreción de los ojos.
El tratamiento de los síntomas puede ayudarle a usted o a su hijo a sentirse mejor durante el día y dormir mejor por la noche.

¿Cómo tomar los antihistamínicos?

Según los síntomas, usted puede tomar antihistamínicos:
  • Todos los días, para ayudar a mantener los síntomas diarios bajo control. 
  • Sólo cuando tenga síntomas.
  • Antes de exponerse a factores que a menudo le causan los síntomas de las alergias, tales como ciertas plantas o una mascota.
Para muchas personas con alergias, los síntomas son peores entre las 4 y las 6 de la mañana. Tomar un antihistamínico a la hora de acostarse puede ayudarlos a usted o a su hijo a sentirse mejor en la mañana durante la temporada de alergias.

¿Qué antihistamínico es apropiado para usted?

Usted puede comprar muchas marcas y formas de antihistamínicos diferentes sin receta médica.
  • Algunos funcionan durante sólo unas 4 a 6 horas, mientras que otros duran de 12 a 24 horas.
  • Algunos se combinan con un descongestionante, un medicamento que seca las fosas nasales.
Pregúntele al médico qué tipo de antihistamínico y cuál dosis exacta es adecuada para usted o su hijo. Verifique que entienda cuánto debe usar y cuántas veces al día. Asegúrese de leer la etiqueta cuidadosamente o pregúntele al farmaceuta si tiene preguntas.
  • Algunos antihistamínicos causan menos somnolencia que otros. Éstos abarcan cetirizina (Zyrtec), desloratadina (Clarinex), fexofenadina (Allegra) y loratadina (Claritin).
  • No beba alcohol cuando esté tomando antihistamínicos.
Igualmente recuerde:
  • Guardar los antihistamínicos a temperatura ambiente, lejos del calor, la luz directa y la humedad. 
  • No congelarlos.
  • Mantener todos los medicamentos donde los niños no los puedan alcanzar.

Efectos secundarios de los antihistamínicos

Pregúntele al médico si los antihistamínicos son seguros para usted o su hijo, a qué efectos secundarios hay que estar atento y cómo pueden ellos afectar a otros medicamentos que usted o su hijo toman.
  • Se cree que los antihistamínicos son seguros para los adultos.
  • La mayoría de los antihistamínicos también son seguros para los niños mayores de 2 años.
  • Si usted está amamantando o está embarazada, consulte con el médico si los antihistamínicos son seguros para usted.
  • Los adultos que toman antihistamínicos deben saber cómo les afecta el medicamento antes de conducir o utilizar maquinaria.
  • Si su hijo está tomando antihistamínicos, asegúrese de que el medicamento no esté afectando la capacidad del niño para aprender.
Puede haber precauciones especiales para usar los antihistamínicos si usted tiene:
  • Glaucoma
  • Próstata agrandada o problemas para orinar
  • Epilepsia
  • Hiperactividad de la tiroides
  • Cardiopatía o hipertensión arterial
  • Diabetes
Los efectos secundarios de los antihistamínicos pueden incluir:
  • Mareo
  • Resequedad en la boca
  • Sentirse nervioso, excitado o irritable
  • Cambios en la visión, como visión borrosa
  • Disminución del apetito

Cuándo llamar al médico

Llame al médico si:
  • Su nariz está irritada, tiene hemorragias nasales o si tiene cualquier otro síntoma nasal nuevo.
  • Los síntomas de la alergia no están mejorando.
  • Tiene problemas para tomar antihistamínicos.

COMO FUNCIONAN


Los antihistamínicos son un grupo de principios activos cuya característica común es la de inhibir los efectos de la histamina. Ésta es una sustancia química presente en todos los tejidos corporales, que interviene en muchos procesos fisiológicos, desde las reacciones alérgicas a la secreción ácida del estómago; a nivel del sistema nervioso central (SNC), determina en gran parte la sensación de hambre y los ritmos sueño-vigilia. Para ello, la histamina actúa a través de cuatro tipos distintos de receptores: H1, H2, H3 y H4. Los antihistamínicos propiamente dichos son los inhibidores específicos de los receptores H1.
Los antihistamínicos actúan uniéndose a los receptores H1 de la histamina, estabilizándolos en su forma inactiva durante horas. Con ello se logra que la histamina no llegue a producir sus efectos a nivel de la piel (picor, habones o ronchas, etc.), ni de la mucosa respiratoria (lagrimeo, picor nasal y ocular, estornudos, destilación acuosa, etc.)
En términos prácticos, los antihistamínicos son clasificados en dos grupos: los antihistamínicos “clásicos” o sedantes y los de segunda generación o mal llamados “no sedantes”. Los clásicos atraviesan más fácilmente la barrera hematoencefálica y tienden a producir somnolencia en la mayoría de los pacientes, frente a lo que ocurre con los de segunda generación; sin embargo, todos pueden llegar a producir un cierto grado de somnolencia, al menos en algunos pacientes. Muchos de estos principios activos podéis encontrarlos en vuestra farmacia en forma de medicamentos genéricos (recordad que en la caja debe aparecer la sigla “EFG“).
Los antihistamínicos se recetan dentro de un tratamiento sintomático, ello es, logran reducir lo incómodos y molestos síntomas de las alergias, pero no curan la enfermedad. Por tanto, a priori, puede pensarse que el principio activo debe tomarse en función de la aparición de los síntomas. No obstante, en muchas ocasiones un tratamiento prolongado es muy beneficioso para el paciente que padece la alergia. En todo caso, recordad que vuestro médico y farmacéutico son los profesionales más adecuados para orientaros en la pauta de consumo de estos fármacos.

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